lunes, 1 de febrero de 2010

Ilumina mi vida (Afinación Semanal de la Conciencia de la Kabbalah)


Dentro de cada uno de nosotros hay dos Luces. Una Luz es estable, constante, La otra es una chispa que parpadea. Ambas nos empujan a buscar las otras Luces (las personas) con las que estamos conectados y a completar nuestra misión con ellas en este mundo.Hay ciertos momentos en nuestra vida en los que podemos sentirnos estancados; quietos; incluso encarcelados. Estamos en el proceso de buscar esta Luz estable dentro de nosotros. Y eso requiere paz y tranquilidad, estabilidad y consistencia.Hay otros momentos en nuestras vidas en los que podemos encontrarnos en una búsqueda externa, cambiando constantemente de lugares y escenarios, viajando en búsqueda de otras Luces que necesitamos para poder brillar con fuerza. Nuestras Luces se unen y se convierten en una llama más grande.Al final del día, lo más importante es cómo compartimos nuestra Luz con las personas que transitan este camino con nosotros, y encontrarlas. Cada día conocemos a personas que forman parte de nuestro proceso, y nosotros formamos parte del suyo. Pero, ¿somos conscientes de que también necesitamos ayudarles a alcanzar su meta, su destino?Estar en este camino espiritual significa que hemos decidido que no nos basta con arreglarnos a nosotros mismos. Si eso fuera cierto, podríamos mudarnos a la India y vivir en solitud. Eso no es suficiente para nosotros y no es suficiente para el mundo. Necesitamos que los caminos y los procesos de las otras personas sean una prioridad en nuestras vidas.
Algunos de nosotros vivimos en un solo lugar durante toda nuestra vida. Otros se encuentran mudándose constantemente de lugar en lugar. De cualquier forma, la razón por la que nos vamos o nos quedamos es porque se cruzarán en nuestro camino personas con las que tenemos que compartir Luz.Esta semana, busquemos la Luz en los ojos de las personas que están a nuestro alrededor, y esforcémonos por prestar más servicio a los demás.
Todo lo mejor,Yehudá


Este Nombre me ayuda a recibir cuando comparto y a compartir cuando recibo.
Veo la oportunidad que da el compartir y estoy consciente de que cuando recibo con la actitud correcta, también estoy compartiendo. Este es el sistema de circuitos de la vida.
Cuando me conecto a él, salgo del agujero negro y entro a la Luz.